Cartas sin mandar 1. Querido T.:

octubre 9, 2006 at 9:59 (Cartas sin mandar, T.)

Querido T:

            Te escribo porqué sé que no me leerás. Supongo que es mejor así. Hoy he vuelto a ver tu foto. Todos los recuerdos dormidos han despertado. Y no he podido hacer nada mejor que dejar a un lado tu foto y ponerme a escribir. ¿Me amaste alguna vez? Supongo que sí… o al menos me deseaste lo suficiente para rondarme hasta verme caer en tus brazos. Eso es más que suficiente para mí.

¿Qué haré si te veo en persona una vez más? No me gusta admitirlo, pero conozco la respuesta. Saldré corriendo o pediré a mi acompañante que nos marchemos cuanto antes de donde estemos para no tener que cruzarme contigo. Lo haré, ni por miedo ni rencor, sólo para evitar charlas insulsas de viejos amantes. No me apertece contarte ya ni mis triunfos ni mis penas ni tener que presentarte como… ¿un amigo, un conocido, un antiguo amante?

Aún recuerdo nuestros últimos encuentros, mejor dicho, desencuentros. Aún me veo corriendo por las frías calles huyendo de ti, es decir, huyendo de todo lo que representabas para mí. Fue en Londres, sí, el marco de nuestro amor el mismo que el de nuestro adiós. En aquel teatro… te sentaste a mi lado tras preguntarme si me importaba. Tendría que haberte dicho que sí. Después del primer acto me fui, no deseaba hablar contigo, sólo irme. Ni tan siquiera perderme la segunda parte de la obra me importó mucho. Me veo corriendo, cruzando la city, el frío, la humedad. En fin, la de cosas absurdas que se hacen por amor… o desamor.

Pero… ¿qué podríamos haber hecho juntos? ¿Recordar tiempos pasados? ¿Tomar té juntos? Te dije que me pensaba casar, que era feliz, que todo me iba bien. Tú seguías igual y todo lo que decías sonaba trivial, manido y mis palabras sonaban vacías, sin sentido o como una banal presunción. Éramos, tú Oliveira, yo la Maga, hablando para no entenderse o para tratar de justificarnos.

Lo que no te dije es que te quise mucho. Sólo eso. Una vez dicho, ya no tiene sentido escribir más.

Deseándote lo mejor aquí queda:

Una ex-cortesana.

Enlace permanente 4 comentarios